miércoles, 8 de junio de 2016

REFLEXION FINAL

Como complemento al primer escrito que elaboré en diciembre de 2015, coincidiendo con la conclusión del juicio oral de Afinsa (49 sesiones a lo largo de 8 meses) hoy, día 8 de junio de 2016, a las 12:40 horas, puedo decir,  que mi sensación ha sido la peor de todas las sesiones a las que he asistido. Más adelante lo explico.

El 9 de mayo de 2006 no solo se acabó con la existencia de Afinsa Bienes Tangibles y además se llevó por delante a 190.022 personas (clientes de la compañía),  que nos expoliaron no solo nuestros ahorros sino algo más.

Afinsa y las personas que componían su administración, siempre permanecerán en mi recuerdo. Lo digo porque los he conocido a todos y han sido para mí como una gran familia como se ha ido demostrando a lo largo de las sesiones del juicio y yo lo he comprobado hasta el día de hoy.

Qué mal sabor de boca me llevo, por haber tenido que conocerlos en estas tristes circunstancias; al mismo tiempo, me llevo una gran satisfacción porque desconocía que detrás de esta Empresa había personas maravillosas y profesionales que realizaron a lo largo de más de 25 años una gran labor, sólo truncada por una infame intervención. Además tengo que mencionar a los letrados que les han defendido, su profesionalidad, su valentía y su saber hacer, envidia les tendría que dar a algunos abogados que no han mirado, ni miran por sus clientes, aunque se les llena la boca de lo contrario.  ¡¡¡Qué lástima!!!

Este juicio oral no tenía que haber llegado a producirse, solo el afán de protagonismo demostrado por el fiscal y aún que otro “actor” de esta desgraciada película hace que me pregunte:

¿Cómo puede haber seres en este mundo con tan pocos escrúpulos?

Pues bien, hasta el día de hoy no he tenido respuesta. Hay gente como el fiscal con sangre fría que vale para hacer lo que ha hecho.

Se empezó con una mentira y él la ha consentido y a la vez continuado porque no tiene corazón y si lo tiene está helado, congelado, muerto. ¿Es esa su manera de justificar su labor? Cargarse a una empresa de esta manera tan brutal e injustificada, un sector, el filatélico que era uno de los más importantes no solo en España sino en Europa, y por ende la vida de 190.022 personas inocentes que confiamos en Afinsa y en los distintos organismos públicos que otorgaron numerosos premios a esta compañía ¿eso también era un delito o una estafa? Han sido todos estos organismos públicos los que nos han engañado, estafado y arruinado de la mano del Partido Socialista Obrero Español junto con el consentimiento del Partido Popular y ¡¡¡cómo no!!! El poder económico y los medios de comunicación.

¿Dormirá a gusto y estará orgulloso por su trabajo? Yo creo que no.

Hay un refrán, insisto, y es un refrán y lo digo con el debido respeto, que dice “A cada……  le llega su San Martín”, lo mismo le llega su turno, muchos de nosotros ya no estaremos ahí para verlo.

NO pido solución y SI Justicia Justa, que no sea tardía.

Que haya un punto y aparte en este enorme calvario que nos ha tocado vivir y que esperamos acabe pronto, aunque jamás podremos olvidarlo −a mí particularmente no se me va a olvidar pero necesito pasar página−.

Son ya más de 10 años,  muchos años, muchas noticias y sentencias, muchas lágrimas robadas, malos ratos y desagradables que están ahí y seguirán y que jamás y digo jamás podrán devolvernos.

Como conclusión, hoy en la última sesión del juicio oral de Afinsa, cuando eran las 12:10 horas, he presenciado con lágrimas en los ojos y mucha emoción en una sala repleta de público como 14 personas se han sentado frente al tribunal nombrándoles una por una y alguno se levantaba a decir su última palabra.

                  Juan Antonio Cano: “Afinsa no nació para engañar a nadie” 

Vicente Martín Peña: “La acusación nos viene por haber hecho las cosas bien”

Esa imagen jamás se me podrá borrar,  será imposible eliminarla, perdurará en el tiempo y en mi memoria.

Al Tribunal le hago la siguiente pregunta:

“¿son esas las verdaderas personas que tienen que estar ahí sentadas?”

Júzguenlo ustedes, pero júzguenlo bien y hágase justicia.

Ánimo y hasta pronto.

Almudena Martín-Grande Elvira.