lunes, 25 de abril de 2016

EN TIEMPOS DE TRIBULACIÓN, NO HACER MUDANZAS

Este consejo no es tanto fruto de la fe, cuanto de la sensatez y la prudencia.

Los momentos difíciles de la vida, no son los más adecuados para adoptar decisiones transcendentales, en circunstancias extrañas  lo único sensato es adecuarse a las mismas, lo que nos hace fuertes frente a los avatares a sortear.

Uno puede ser transigente y tolerante con uno mismo y sin embargo mostrarse implacable en sus juicios y exigencias con los demás.

Las personas somos dadas a juzgar y descalificar a los demás  al hacerlo nos descalificamos a nosotros mismos.

Debemos por tanto ser prudentes y comedidos con nuestros actos y palabras, éstas últimas -mal empleadas- pueden echar a perder la vida de una persona.

Las calumnias y difamaciones hacen un daño terrible utilizadas por personas simples, sin escrúpulos o mal intencionadas. Antes de juzgar, juzguémonos, solo entonces podemos comenzar a corregir nuestros actos.

El estado de derecho es el garantismo, el equilibrio, la respuesta firme y razonada, en suma, el cumplimiento de la ley, según los principios básicos de la democracia. Perdería su esencia si llega a interpretaciones contrarias a las reglas básicas del sistema. Algunos confunden Estado de Derecho con Derecho de Estado (José Antonio Martín Pallín, Magistrado emérito del Tribunal Supremo).

Con este panorama y con  los tiempos que corren, debemos hacer caso a lo que dijo San Ignacio de Loyola: “en tiempos de tribulación, NO hacer mudanzas”. Debemos ser valientes y seguir adelante con el proyecto que, junto a otras Asociaciones, estamos llevando a cabo.

Tenemos que ser conscientes de las dificultades que hemos tenido que sortear a lo largo de estos 10 años y de las que seguro vendrán.

Por tanto hay que seguir y continuar