Hay preguntas que
parecen tan obvias que muchas personas no se las formulan, y cometen uno de los mayores errores del ser humano: No cuestionarse lo que parece evidente y, en consecuencia,no reflexionar sobre lo importante.
Mª Jesús Álava
Los acontecimientos que han ocurrido en España en los últimos tiempos, han
hecho que vuelva a la actualidad la frase que hace algunos años causó cierto
revuelo, por la persona que la pronunció.
Los cortesanos influyentes se convirtieron en mensajeros de esta “buena
nueva”, sobre todo en los medios de comunicación y como no, en las tertulias
donde esta cuestión –la igualdad de la justicia ante la ley de cualquier
ciudadano– era motivo de comentario. No sabemos si para auto convencerse de lo
que decían o bien es que lo tenían que decir porque no quedaba más remedio y
así influir en la opinión pública española.
Sin embargo por mucho que la maquinaria del poder, una vez más, se pusiera
en marcha para dotar a la frase de verosimilitud, la realidad y la sensación
que tenemos la mayoría de los ciudadanos es la contraria, la justicia igual, igual, para todos parece que no es así.
Los afectados de Afinsa y Fórum, llevamos sufriendo esta desigualdad más de
diez años.
No llegamos a manifestar, por respeto, el dicho tan manido: La justicia en
España es un cachondeo, ahora bien, si que pensamos que es manifiestamente
mejorable, sin duda alguna.
A modo de ejemplo y como inciso, pensemos como se ha tratado a la banca.
Reflexionen cómo se ha enfocado en el ámbito judicial el rescate de bancos y
cajas de ahorro, aunque a septiembre de 2016 sólo se hayan devuelto el 5% de
las ayudas que recibieron. No obstante como nada es eterno y al final el
universo es justo, estamos viendo como todo el daño que han hecho se está
volviendo en su contra y así las sentencias de las cláusulas suelo, hipotecas,
preferentes, etc., están dando la razón a los ciudadanos.
Retomando el hilo del artículo “la justicia es igual para todos los
ciudadanos”. Hemos leído una entrada de septiembre de 2016, de nuestros
compañeros de Asaffo que nos ha hecho pensar. La frase es la siguiente: A
veces tengo la amarga sensación como juez de que las leyes son telarañas que
cogen a las pobres moscas y dejan pasar a avispas y abejorros.
Imaginamos que las pobres moscas somos los ciudadanos corrientes y las
avispas y abejorros son los ciudadanos poderosos.
Quien así se manifiesta es el Juez Joaquim Bosch de jueces para la
democracia, quien remata la “faena” con otras frases que no dejan lugar a duda:
Tenemos un C.G.P.J. integrado por cuotas entre partidos y eso es contrario
a la separación de poderes.
Cualquier sistema que funcione como una correa de transmisión de los
partidos políticos genera efectos muy peligrosos para la independencia. (Entendemos
que se refiere a la independencia judicial).
Y claro, pensamos de forma inmediata en Afinsa y Fórum, por más vueltas que
algunos le den para justificar lo injustificable.
Y pensamos en el modo y la forma en que se intervinieron Afinsa y Fórum.
Y pensamos que llevamos más de 10 años luchando para que se reconozcan
nuestros derechos y nos devuelvan TODOS nuestros ahorros.
Y pensamos en las contradicciones judiciales, con la finalidad de exonerar
al Estado de su responsabilidad.
Y pensamos en todos los afectados fallecidos que nos han dejado a lo largo
de estos años.
Y pensamos… y pensamos… y no dejamos de pensar.
En nuestras cabezas surge la pregunta ¿será verdad que la justicia es
igual para todos?
La respuesta parece clara, los ciudadanos tenemos la sensación cada vez más
arraigada, casi una certeza, de que la justicia NO es igual para todos.
Indagando en el asunto, leemos una entrada de nuestros compañeros de Canal
Afinsa. Se refiere a una magistrada valiente, trabajadora, luchadora irreductible
y vilipendiada por el poder político por no plegarse a él. Nos referimos a la Juez
Mercedes Alaya.
En una conferencia en Granada deja una frase lapidaria: Hay una
justicia para poderosos y otra para los que no lo son. Tremendo
titular del periódico ABC AndaluciaGranada.
Para continuar, la magistrada arremete contra los poderes políticos a
quienes culpa de la falta de independencia judicial.
Pero hay más, en una entrevista realizada por Chema Rodríguez el
29/01/2017, la Juez Alaya advierte:
La justicia corre peligro, dice con rotundidad y además constata el ansia
de los políticos por controlar el poder judicial.
¿Nos suena? ¿verdad?
Prosigue diciendo: La independencia judicial se está yendo por
el desagüe del control político, para luego afirmar: Voy hablar sin tapujos de todo lo que
acontece en el mundo judicial… Nadie duda que vivimos en una sociedad
formalmente democrática, pero unos pocos, yo creo que cada vez muchos más,
dudamos de que efectivamente exista independencia judicial. Y si no existe independencia
judicial nuestro Estado de Derecho está seriamente debilitado…..
Nos sigue sonando, ¿verdad?
Continúa su relato poniendo el dedo en la llaga: La Fiscalía
Acusa la juez a
la Fiscalía de ser el brazo ejecutor del control político. Manifiesta,
el fiscal tiene tanto control como que señala los límites de lo que se
investiga. Continua, el Ejecutivo se ha puesto manos a la obra
para tratar de debilitar lo más profundamente que pueda el poder judicial….. En
los casos de corrupción la reforma supone divide y vencerás. Otorga al
ministerio fiscal el control de los periodos de investigación judicial….. Para
la magistrada, el ministerio público (fiscalía) es lo mismo que decir
poder político por la dependencia jerárquica que existe.
Su relato no excluye a los partidos políticos (PP, PSOE, Podemos y
Ciudadanos) a los dos primeros les critica su enrocamiento, sus pactos de no
agresión, etc.; mientras que a los partidos emergentes, les reprocha que no
hayan llevado a cabo los compromisos que adquirieron.
Los mismos perros pero con diferente collar, ¿no es cierto?
Y claro, pensamos inmediatamente en Afinsa y Fórum, por más vueltas que
algunos le den para justificar lo injustificable.
Y pensamos en las brutales y desproporcionadas medidas cautelares dictadas
por los jueces Pedraz y Garzón (en la actualidad inhabilitado).
Y pensamos en el daño causado a 460.000 personas de forma directa y a
2.000.000 de personas si sumamos a familiares directos.
Y pensamos en todos los afectados que se han suicidado, que no tienen para
llegar a fin de mes, que han perdido su casa, que les han partido la vida.
Y pensamos en el enriquecimiento amoral de los Administradores Concursales
que lejos de administrar de forma ética y pensando en los afectados, están
expoliando lo que queda de las empresas.
Y pensamos… y pensamos… y no terminamos de pensar.
Visto lo anterior, cuando la perplejidad, la rabia y la impotencia nos
consumen, volvemos hacernos la misma pregunta ¿será verdad que la justicia
es igual para todos?
Y llegados a este punto, recordamos unas entradas que con el título Código
Judicial o recetario del oficio de juzgar, publicamos en nuestra página
web. En estos artículos de Javier Gómez de Liaño (Juez en excedencia y abogado),
publicado por el periódico el Mundo en el año 2010, se hacía un relato
pormenorizado de lo que debe ser un juez en el ejercicio de su función y así, de manera resumida establecía:
1º.- El juez debe ser independiente por encima de cualquier
otra consideración.
2º.- El juez debe evitar las sospechas de falta de
neutralidad.
3º.- El juez es siervo de la ley e instrumento al servicio
de ella.
4º.- El juez debe ser tan imparcial como un espejo plano y
ha de acreditarla en el ejercicio de sus funciones.
5º.- En la conciencia del juez ha de ser nítida la linde de
lo que se debe y puede hacer.
6º.- El juez ha de actuar dignamente en todo tiempo y
lugar, de manera que preserve el prestigio del Poder Judicial que encarna y
representa.
7º.- El juez debe aspirar al ascenso en función de su
capacidad intelectual y servicios prestados a la Justicia.
8º.- Ha de ser el juez absolutamente discreto, tanto sobre
los secretos de los asuntos de su competencia, como en el día a día de su
función.
9º.- Debe el juez ejercer su libertad de expresión de
manera compatible con la sobriedad de su cargo.
10º.- El juez es un expósito y ha de saberse blanco de
veredictos ajenos, aunque esto no signifique que contra él haya barra libre al
agravio.
11º.- No puede tener el juez actividades accesorias o
complementarias incompatibles con la esencia de su función.
12º.- El juez debe admitir la posibilidad de equivocarse.
13º.- Ha de ser el juez prudente en sus juicios y hasta huir
de su propia voz.
En definitiva, el juez no es más que el muro de las lamentaciones ante el
que lloran a gritos o en silencio, los hombres que alimentan el clamor, a veces
ensordecedor, por la Justicia.
Por último, la Justicia es igual para todos…
Nosotros nos preguntamos ¿Seguro?
Nosotros nos preguntamos ¿Seguro?